domingo, 1 de febrero de 2015

Pasos.






Un año más
y aquí seguimos
pisando miedos y lanzando
anclas del pasado. 
Te echo de menos,
como si alguna vez no hubiera podido hacerlo. 
Es impensable que deje
de traerte 
a la memoria 
cuando vuelvo a casa temprano en la mañana
y el sol prende luz en las azoteas
y en las afortunadas ventanas de los últimos pisos.
Es así, también,
incuestionable
que no te olvide si me cruzo con el río
cuando después se hace mar para ti;
inevitable
que te insinúe en la libertad de la calle
en mi ventana.
Me resulta imposible
inadmisible.
Has entrado en mi alma,
si es que de verdad existe semejante fenómeno mitológico,
para parasitar mis intentos de tristeza y de mal sueño.
Me he rendido
porque luchar por evitarlo significa no ganar.
Pero es absurdo ganar si se trata de convencer
a una historia que no deja escribirse.

jueves, 23 de octubre de 2014

Fisiología de un spray


Algún día tus silencios
serán estrellas colgadas de un pincel
porque tus mejillas son ya mis acuarelas
y tu embriaguez
mi güisqui de esta noche.
De tus recuerdos no quiero hablar
porque ladran a mi ventana y en la cama.
La almohada te sigue respondiendo
si te exhalo rabia
pero los sueños aguantan fuertes
y se contraen vomitándote locuras sórdidas
cuando miras al cielo y te preguntas.
Y me pregunto
nociones de lugar y tiempo
absurdas
cuando estoy solo
y cuando bajo la basura
y cuando me emborracho
y cuando enveneno mis retinas
con pasillos de hospital
y de facultad
y de calles absolutamente impregnadas de humo,
el mismo que mirábamos,
el mismo humo que sigue quemando
los recuerdos

y no quiere parar.


Pablos 

jueves, 17 de abril de 2014

Desde el refugio.







Aquí estoy. 
Como bien sospechas 
no me rindo, 
no me canso 
de que nuestras ausencias se encuentren 
en algún lugar. 
No paro 
de cruzar caminos 
que no están hechos para caminar: 
que ni tan siquiera están hechos. 
He bebido mucho, 
sí, 
lo admito. 
También 
estoy amando 
mucho 
y me da más miedo 
esa resaca, 
que no es perderte, 
sino haberte perdido y darme cuenta. 


Javier DePablos


martes, 1 de abril de 2014

Beer skin.



   "La mayoría ama para perderse". Hermann Hesse




es tu piel
de cerveza
bañada
es mi lengua
desplaza
las gotas
calladas
de estrella
gritando
es tu piel
latiendo
silencio
cerveza
silencio
de noche
de estrella.


  Javier DePablos


domingo, 26 de enero de 2014

Strong Dreams.




Strong Dreams, de Paul Klee


la tesitura era ésta:

nos habíamos atrevido
a soñar 
a encontrar 
el presente
pero éramos exploradores cobardes y
nos engañábamos con poesía y
nos alimentábamos de filosofía
al cobijo de la noche universal
lo sabíamos
sin embargo
no nos atrevíamos a saltar del Carro y
cuanto más tiempo
pasábamos en el Carro
más
mirábamos afuera
más
necesitábamos drogarnos
más
atarnos 
para no abandonar
el asiento que nos había sido asignado

costaba mucho mantenerse esclavo y
nosotros
hambrientos de ideas vagabundas
nos habíamos dado cuenta de ello


Javier DePablos


viernes, 3 de enero de 2014

Poema cubista.




Te he buscado 
siempre 
y por eso, creo,
mi mayor temor es perderte. 
Perder la energía cultivada 
cada momento, 
la magia que se acumula 
en todas las primeras veces que vamos fabricando. 

Pero es ahí, 
en esa necesidad de hacer eterno lo imposible, 
que nos encontramos y nos amamos. 
Y nos decimos y nos hacemos guarrerías, 
con perdón. 
O sin él. 

Compartimos nuestro yo más íntimo. 
Destilamos 
lo más hondo de nuestro ser para conformar algo, 
grandioso y momentáneo. 
Fusionamos nuestro presente de manera absoluta
para que, sin quererlo, suene
ese despertador que tanto te disgusta
y arrastrarnos al mundo de autobuses 
y caras de madrugadas amargas. 


JDP

jueves, 26 de diciembre de 2013

Toxicidad miocárdica.




Húndete en tu mierda y no salpiques.
Cada vez que salpicas
con tus actos
manchas a alguien.
Guárdate de tus errores.
Y también de tus virtudes,
protégete.
Suéltate
al vacío de una mente en blanco.

Cierra los ojos
pero no cierres tus neuronas:
piensa.

La vida no es aquello de lo que pensaste disfrutar
un día lejano,
un mañana.

No.

La vida fue cada uno de esos momentos
y los dejaste escapar.
De todas esas decisiones
que debiste haber tomado,
y no temido.
Esos trenes que miraste pasar.
Esos besos abortados que se agarran a tus tripas.

Pese a todo: recuérdate,
no te olvides.
No te pierdas.
Perder la guerra te golpea y te endurece.
Te hace fuerte.

Javier DePablos